Ahorrar calefacción sin tener que renunciar a la comodidad que supone tener tu casa caliente durante el invierno, es posible.
Por supuesto, aunque los consejos y recomendaciones que te vamos a sugerir a continuación, dependen en gran medida de tu sistema de calefacción, de tu caldera y de la calidad y estado de tus radiadores.
No obstante, una vivienda con un aislamiento térmico eficiente evitará que te quedes tiritando y tener que estar bajo mantas, edredones y jerséis de lana.
Descubre cómo reducir los gastos de calefacción en casa con las siguientes recomendaciones y consejos para que puedas conseguir unos hábitos de consumo energético, eficaces y que funcionan.
Resumen
- 1 Ventilar, mejor por las mañanas
- 2 Cierra las persianas por la noche
- 3 Apaga la calefacción cuándo te vayas a dormir
- 4 Instala un termostato inteligente para ahorrar calefacción
- 5 Instala válvulas termostáticas
- 6 Sella y cierra correctamente puertas y ventanas
- 7 Aislar y forrar las tuberías de agua caliente
- 8 Calienta solo lo imprescindible
- 9 No te olvides del mantenimiento de la caldera
- 10 Limpia y purga los radiadores… dos veces al año
- 11 Evita cubrir los radiadores
- 12 Utiliza paneles reflectantes
- 13 Hazte con unas buenas alfombras
- 14 Instala unas cortinas térmicas
- 15 Ahorrar calefacción con ventanas de doble acristalamiento
- 16 Compara las diferentes ofertas y compañías
- 17 ¿Cuál es la temperatura ideal para una casa en invierno?
- 18 ¿Cuándo poner la calefacción para ahorrar?
- 19 ¿Qué tipo de calefacción es la más económica?
Ventilar, mejor por las mañanas
De 5 a 10 minutos son más que suficientes para ventilar y renovar el aire de casa incluso durante el invierno. Es preferible abrir las ventanas al mediodía para poder aprovechar los primeros rayos de sol, aunque la temperatura del exterior no sea demasiado alta.
Acuérdate de apagar los radiadores para no desperdiciar electricidad mientras las ventanas permanecen abiertas.
Cierra las persianas por la noche
Durante los meses más fríos, cuándo cae la noche y las temperaturas comienzan a descender, blindar las ventanas, cerrando las persianas y utilizando cortinas con un grosor generoso, es una forma práctica y sencilla que evita la pérdida de calor hacia el exterior.
Estas barreras adicionales sirven como escudos térmicos y ayudan a mantener una temperatura cálida y confortable dentro de casa.
Cerrar las persianas por la noche supone un ahorro en calefacción y en la factura de la luz.
Apaga la calefacción cuándo te vayas a dormir
A la hora de acostarte, no es necesario que la calefacción esté funcionando, si has caldeado el dormitorio lo suficiente con antelación, podrás dormir plácidamente bajo el edredón sin pasar frío.
También puedes programar el termostato del radiador para que se encienda un poco antes de despertarte, con un rato es más que suficiente para que al levantarte no sientas esa sensación de frío tan característica de las mañanas en invierno.
Instala un termostato inteligente para ahorrar calefacción
Cuándo se acerca el invierno es importante planificar de antemano cuál es la mejor forma de calentar nuestro hogar sin derrochar electricidad y evitarnos sorpresas cuándo llegue la factura de la luz o del gas.
Una de las soluciones más sencillas y económicas que podemos encontrar y que de verdad sirven para ahorrarnos unos cuántos euros en los meses más fríos del año es sin duda instalar un cronotermostato inteligente.
Muchos modelos de radiadores ya vienen con esta característica integrada de serie, aunque si tu sistema de calefacción o los radiadores son algo antiguos, puedes comprar uno de estos dispositivos aparte para comprobar y programar la temperatura de la calefacción.
La mayoría de modelos se conectan por wifi con la posibilidad de controlar la temperatura desde una aplicación para el móvil. Desde que instale uno de estos en casa, puedo encender y apagar la calefacción cuándo estoy fuera, lo que me ha supuesto un ahorro considerable de calefacción, sin duda te lo recomiendo.
Qué temperatura poner en el termostato y cómo programarlo para ahorrar dinero
Dependiendo de lo friolera que seas, la temperatura ideal para tener en casa durante el invierno normalmente es de 19 o 21 grados.
Aunque la configuración varía de un modelo a otro, los parámetros del confort son parecidos.
No obstante, para ahorrar calefacción cerrando radiadores, lo primero es echar mano del manual de instrucciones de tu nuevo termostato inteligente y comenzar a configurar la temperatura para los días de diario.
Normalmente, y dependiendo de la zona en la que vivas, puede ser a partir de las seis de la tarde hasta que más o menos te vayas a dormir.
Para los sábados y domingos, si sueles estar en casa, puedes configurar el termostato para que la calefacción esté encendida durante más tiempo.
Algunos modelos más avanzados incluso pueden aprender de tus hábitos y sugerirte configuraciones a medida para que puedas ahorrar calefacción de manera inteligente y efectiva.
Te dejo aquí un video para que puedas hacerte una idea de cómo ahorrar calefacción programando el termostato.
Instala válvulas termostáticas
Otro pequeño cambio que puedes hacer para ahorrar calefacción es valorar la idea de instalar válvulas termostáticas en los radiadores.
Estos dispositivos son eficientes, ya que ajustan el agua del interior del radiador según la temperatura que tengas programada, evitando el desperdicio innecesario de electricidad y mejorando considerablemente la sensación de confort en todo tu hogar.
Las válvulas termostáticas más modernas pueden programarse por separado y determinar distintas temperaturas para diferentes horas del día o la noche. Sin duda, son una muy buena inversión a corto plazo que te permitirá gastar menos calefacción.
Sella y cierra correctamente puertas y ventanas
Aunque tengas el mejor sistema de calefacción del mercado, sin un buen sellado de puertas y ventanas estarás desperdiciando dinero.
Si tu vivienda ya tiene algunos años, es momento de hacer una revisión completa de puertas y ventanas. Comprobar que todas quedan completamente cerradas y que no tienen pequeñas rendijas por dónde pueda escaparse el calor o entrar frío del exterior.
Las ventanas se desgastan, suelen tener problemas de humedades y a la larga, incluso pueden originarse ligeras deformaciones en ellas dando lugar a pequeños huecos que a simple vista son imperceptibles.
Estos pequeños huecos o rendijas pueden sellarse muy fácilmente aplicando un poco de silicona alrededor de los bordes del marco de la ventana, así evitarás que el calor de la calefacción se escape hacia el exterior.
Para las puertas existen diferentes soluciones, desde aplicar espuma de poliuretano entre la pared y el marco de la puerta, o si no te quieres complicar demasiado, puedes utilizar cinta adhesiva de espuma para evitar que se escape el aire por los bordes.
Aislar y forrar las tuberías de agua caliente
Aislar correctamente las tuberías de la calefacción puede suponer un ahorro importante, sobre todo si tu caldera y el vaso de expansión lo tienes en la terraza con las tuberías expuestas a la intemperie.
El agua caliente va perdiendo temperatura hasta que llega a los radiadores, además, si los tubos del exterior están fríos, la calefacción tardará mucho más en calentar cada una de las habitaciones.
Calienta solo lo imprescindible
Puedes ahorrar calefacción cerrando radiadores en habitaciones que no sueles pasar demasiado tiempo o que directamente están sin utilizar.
Habitaciones de invitados, el despacho en casa o un dormitorio vacío con el radiador encendido todo el día, supone un gasto innecesario.
No te olvides del mantenimiento de la caldera
Un sistema eficiente de calefacción comienza por una caldera en buen estado.
Poco antes de que llegue el invierno y para asegurarte de que funciona correctamente, es importante realizar un mantenimiento preventivo de la caldera para evitar posibles averías y garantizar una mayor seguridad.
La revisión y el mantenimiento de la caldera tiene que ser realizado por una empresa especializada que te ofrezca todas las garantías.
Recuerda que una instalación eficaz es sinónimo de ahorro.
Plantéate instalar una caldera de bajo consumo
Si tu caldera ya tiene unos cuantos años y notas que los radiadores no calientan como antes, quizá sea el momento de renovarla por un sistema de calefacción más eficaz.
Actualmente, puedes encontrar calderas de última generación que integran diferentes tecnologías que aprovechan mejor el calor, como por ejemplo las calderas de condensación o las bombas de calor, que puedes combinar con un suelo radiante de madera.
Otra alternativa son las calderas de biomasa o sistemas solares térmicos, en cualquier caso, con un sistema de calefacción moderno combinado con termostatos inteligentes o válvulas termostáticas, sin duda, ahorrarás en calefacción durante todo el invierno.
Limpia y purga los radiadores… dos veces al año
Es normal que a los radiadores les entre algo de aire después de estar casi un año con la calefacción apagada. Cuándo finalmente te decides a encender la caldera, es posible que algún radiador no caliente lo suficiente o incluso emita algún sonido.
Te recomiendo purgar los radiadores al menos dos veces al año, justo antes de que empiece el invierno y otra vez cuándo comienza la primavera.
Para purgar los radiadores de casa puedes contratar a un profesional cualificado para que realice el trabajo, aunque también aventurarte y hacerlo por tu cuenta si sigues al pie de la letra el manual de instrucciones del fabricante de tus radiadores.
Con un gesto tan simple y sencillo como la limpieza periódica de los radiadores puedes ahorrar calefacción.
Evita cubrir los radiadores
Para que una habitación sea confortable en invierno, los radiadores deben de estar libres de obstáculos para garantizar la correcta circulación del aire.
Así que en la medida de lo posible, intenta no poner objetos, cortinas, sillas o muebles delante de los radiadores. Si por tus circunstancias no dispones de suficiente espacio, deja al menos unos 20 cm entre el radiador y el mueble.
Muchas veces tendemos (nunca mejor dicho) a dejar ropa sobre el radiador para secarla más rápido, esto supone un gasto innecesario de calefacción, ya que dificulta la propagación del calor por el dormitorio.
Utiliza paneles reflectantes
Una solución muy sencilla y económica para evitar posibles pérdidas de calor, es la instalación de un panel reflectante entre el radiador y la pared.
Se trata de una fina lámina, normalmente de aluminio, que ayuda a dispersar el calor hacia el exterior. Según el modelo, puede ir pegada directamente a la pared o sujeta magnéticamente.
Hazte con unas buenas alfombras
Dónde más se escapa el calor en una casa es por el suelo.
Más allá de su función estética, las alfombras ayudan en gran medida a contener el calor dentro de la habitación, y en consecuencia, ahorrar calefacción.
Puedes poner una alfombra al lado de la cama, en la parte central del salón, e incluso en el pasillo, aunque en esta zona no tengas ningún radiador.
La sensación de confort con unas alfombras de calidad y lo suficientemente gruesas, está garantizada.
Instala unas cortinas térmicas
Para complementar la decoración y las ventajas que ofrecen unas buenas alfombras, no podemos olvidarnos del calor que puede escaparse por las ventanas, sobre todo cuando llueve y los cristales quedan con algo de humedad.
Unas cortinas con el tamaño adecuado y con un grosor generoso, también sirven como escudo térmico en los meses más fríos del año para ahorrar calefacción.
Pero ojo, si tienes el radiador justo debajo de la ventana, evita que las cortinas cuelguen por delante y no lleguen a taparlo, ya que de esta forma el calor no se distribuirá adecuadamente.
Ahorrar calefacción con ventanas de doble acristalamiento
Puede ser una inversión importante, pero un doble acristalamiento para las ventanas supone un ahorro energético a corto plazo.
Contar con cristales de buena calidad puede marcar la diferencia, que además de lograr el confort térmico dentro de casa, supone menos contaminación acústica y una mayor seguridad.
Compara las diferentes ofertas y compañías
Sin lugar a dudas, te recomiendo que revises la tarifa y la potencia que tienes contratada, ya que quizá estés pagando de más y no lo sabes. Actualmente, tienes un amplio abanico de ofertas y tarifas de gas y electricidad con las que comparar.
Dependiendo de tus hábitos de consumo, puedes valorar qué compañía u oferta se adapta mejor a tus necesidades para que puedas saber con antelación y sin sorpresas, cuando es más barato poner la calefacción.
¿Cuál es la temperatura ideal para una casa en invierno?
La temperatura ideal para una casa en invierno es de 19º para estancias como el salón, la sala de estar, el comedor y la cocina.
Para las habitaciones o dormitorios, con una temperatura entre 16º y 18º, es más que suficiente para no pasar frío, estar confortables y dormir plácidamente.
Para el baño, aunque es algo opcional instalar o no un radiador, la temperatura ideal es de 21º.
¿Cuándo poner la calefacción para ahorrar?
Puede ser tentador dejar los radiadores encendidos todo el día, pero si de verdad quieres ahorrar calefacción, enciéndela únicamente cuándo sea realmente necesario.
Si estás fuera de casa, y quieres saber como poner la calefacción, puedes instalar termostatos inteligentes para encenderla a una hora determinada para que cuando llegues a casa ya esté funcionando.
¿Qué tipo de calefacción es la más económica?
Los radiadores forman parte de los sistemas de calefacción más utilizados en todo el mundo, aunque actualmente es posible encontrar alternativas mucho más modernas y eficaces como pueden ser los emisores térmicos, las bombas de calor, suelos radiantes o incluso calderas eléctricas.
Con el imparable avance de las tecnologías y la preocupación por el medio ambiente, el mercado nos ofrece alternativas realmente económicas basadas en aerotermia, geotermia o las calderas de biomasa.
Una solución muy interesante puede ser la calefacción por infrarrojos, se trata de uno de los sistemas más eficaces y baratos que podemos encontrar en el mercado, gasta muy poca electricidad y generan calor simulando la radiación solar.
No obstante, aunque estos tipos de calefacción tienen muy buen rendimiento, es aconsejable valorar antes el aislamiento de la vivienda.